Como hemos observado, la Biblia claramente enseña que el espíritu es el aliento de vida del hombre, la fuerza vital de vida que viene de Dios. El alma es el propio hombre y la vida que posee. La palabra de Dios, además, presenta abundante testimonio que ni el espíritu ni el alma sean una personalidad consciente que exista fuera del cuerpo del hombre. Hemos visto que el hombre es una unidad, que ninguna parte del hombre continúa con vida después de que muere. Todos los hombres son mortales; todo en el hombre es mortal. Las religiones del paganismo y la teología pervertida del cristianismo, sin embargo, han formulado muchas falsas teorías con respecto a la naturaleza física del hombre.
El paganismo y el cristianismo enseñan que el hombre tiene una naturaleza material y una naturaleza inmaterial. Ellos dicen que la naturaleza material del hombre es mortal, pero su naturaleza inmaterial es inmortal; su naturaleza material muere y retorna al polvo, pero su naturaleza inmaterial continúa viviendo después de la muerte. Estas teologías describen el cuerpo del hombre como una casa temporal o prisión en la que la naturaleza inmaterial usa el cuerpo para expresarse, pero no es dependiente del cuerpo para la vida consciente. Los teólogos escogieron la palabra "espíritu" y "alma" para designar lo inmaterial, personalidad inmortal que aseguran que el hombre posee. La aplicación de ellas para estas palabras por lo tanto, es completamente diferente de la forma usada por los escritores bíblicos. De acuerdo con la Biblia, el hombre no tiene una naturaleza inmortal y una naturaleza inmaterial. "Espíritu se refiere al aliento de vida del hombre, y "alma" se refiere al propio hombre y la vida que posee.
Los teólogos no sólo identifican correctamente las palabras "espíritu" y "alma", pero también falsamente afirman que el espíritu y el alma son inmortales. Ellos declaran que es imposible para el hombre que su alma y espíritu sean destruidos. De acuerdo con ellos, el hombre no puede morir; la muerte es un mero cambio de residencia para la naturaleza inmaterial del hombre. Ellos enseñan que la naturaleza inmaterial una vez sin carne va hacia un lugar de eterna tortura o lugar de felicidad eterna.
De acuerdo con la Biblia, el hombre no tiene una naturaleza inmaterial que vive fuera de su cuerpo. El hombre es totalmente mortal; ninguna parte del hombre es hoy inmortal. La Biblia nunca describe el espíritu o el alma como "inmortal" o "eterna".
Dos falsas teorías distintas concernientes al contenido de la naturaleza física del hombre son aseguradas por los teólogos del cristianismo. Estas son: (a) teoría de la dicotomía, y (b) teoría de la tricotomía. Estos dos términos son derivados de las palabras griegas: "tierno", cortar; "Dicha", en dos; y "trija", en tres.
1. Teoría de la dicotomía. Adeptos de esta teoría creen que la naturaleza humana consiste de dos partes, partes, cuerpo y espíritu. Ellos mantienen que el alma y el espíritu se refiere a una sustancia inmaterial visualizada de dos puntos de vista.
2. Teoría de la Tricotomía. Los Adeptos de esta teoría declaran que la naturaleza del hombre consiste de tres partes, llamadas cuerpo (soma), alma (psykjé) y espíritu (neúma).
Ambas teorías se basan en la falsa suposición que el hombre tiene una naturaleza inmaterial que continúa con vida tras la muerte. De acuerdo con la Biblia, el hombre consiste del polvo de la tierra y el aliento de vida (neúma) resultando en alma viviente (psykje). El hombre es una unidad viviente. Ninguna parte del hombre continúa en vida después de que muere.
Tres teorías principales han sido expuestas para explicar el origen del "alma" (refiriéndose a una entidad inmortal, inmaterial que los teólogos afirman existir dentro del hombre). La verdad es que no hay una entidad inmortal dentro del hombre. Hablar del origen del alma por lo tanto, es hablar del origen de algo que no existe. Es como hablar de origen de fantasías no existentes como duendes y espíritus. Lo que no existe no puede tener un origen.
1. Teoría de la preexistencia. De acuerdo con esta teoría, el hombre posee una naturaleza inmaterial, inmortal que existió antes de él haber nacido y existirá después de su muerte. La afinidad a este pensamiento viene de la teoría de la transmigración de las almas. La preexistencia del alma fue abogada por Platón (427- 347a.C.), Filón el Judío (20a C- 54d. C.), y Orígenes (185-254d.C.).
2. Teoría de la creación. De acuerdo con esta teoría, el alma de cada ser humano es inmediatamente creada por Dios y unida al cuerpo. Algunos creen que el alma se une al cuerpo en la concepción; otros, en el nacimiento; y otros aún, en algún momento entre estos dos eventos. El hombre recibe su cuerpo de Adán a través de la programación natural; él recibe su alma directamente de Dios.
Esta teoría fue abogada por Aristóteles, Jerónimo, Pelagio, Anselmo, Tomás; muchos católicos romanos y teólogos reformados. Esta es asegurada por Juan Calvino, Clarles Hodge, y Louis Berkhof.
3. Teoría Traducianista. Los adeptos de esta teoría creen que el alma del hombre, así como su cuerpo es recibido de Adán por generación natural, que Dios crea la completa raza humana en Adán, y que el cuerpo y alma del hombre son transmitidos de padre a hijo. Esta teoría fue asegurada por Tertuliano, Gregorio de Nysa, Martín Lutero, teólogos luteranos, Jonatham Edwards, Hopkins, Henry B. Smith, W. G. T. Sledd, A.H. Strong, y otros.
Todas las tres teorías son falsas. El hombre no tiene una naturaleza inmaterial que permanece en vida después de la muerte. Él recibe su vida total de sus padres. Cuando el hombre muere su aliento de vida retorna la atmósfera y a Dios que lo dio; su cuerpo vuelve al polvo de la tierra. En la muerte el hombre está inconsciente; no tiene conocimiento del tiempo que pasa. Los ateos sostienen que la muerte es el fin de todo. La Biblia enseña que la muerte es sólo temporal. Los cristianos resucitarán para inmortalidad y vida eterna en el regreso de Cristo. Los no cristianos serán resucitados en la última resurrección para juicio. Los pecadores serán destruidos en la segunda muerte, la cual será permanente.