El pecador ocupa siete posiciones delante de Dios: Deudor, criminal condenado, enemigo, esclavo, profano e impío, muerto, pobre extraño.
El hombre dentro de estas siete posiciones necesita siete medios de salvación que Dios ha provisto por su Hijo. Como deudores, los pecadores necesitan perdón. Como criminales condenados necesitan justificación. Como enemigos de Dios necesitan reconciliación. Como esclavos del pecado necesitan la redención. Como impuros necesitan la santificación. Como muertos necesitan de novedad de vida. Como pobres extraños necesitan adopción. Las siete doctrinas de la salvación son: perdón, justificación, reconciliación, redención, santificación, novedad de vida y adopción.
1. Deudor. Los pecadores son deudores para con Dios. (Mateo 6: 12, Lucas 7: 41- 47). Ellos necesitan perdón. El deudor está en el banquillo. Él está sin esperanza por la deuda. Aunque no haga contratos o cualquier deuda adicional todavía tendrá que tomar posición frente a lo que ya debe. Dios como banquero o acreedor cancela la deuda del hombre porque el valor fue pagado por otro. El pecador está perdonado.
2. Criminal condenado. Los pecadores son criminales condenados en la suprema corte del universo. (Juan 3: 36, Romanos 3: 19, Efesios 2: 3, Romanos 8: 1) Ellos necesitan justificación. Dios como Juez justifica al criminal condenado. Él declara al creyente "no culpable", porque la pena fue cargada por un sustituto y la justicia de otro fue imputada a éste.
3. Enemigo de Dios. Pecadores son enemigos de Dios. (Romanos 5: 10, Romanos 8: 7, 8, Colosenses 1: 21, Santiago 4: 4). Ellos viven en oposición al gobierno de Dios. El hombre en pecado se confirma en una activa hostilidad y antagonismo al Gobernador del universo. Ellos necesitan reconciliación. Dios como Rey reconcilia a su enemigo para Consigo por la intercesión mediadora de su Hijo.
4. Esclavo. Los pecadores son esclavos del pecado. (Juan 8: 34, Romanos 6: 6, 12- 22, 2 Pedro 2: 19.) Ellos necesitan ser redimidos. La redención es la liberación de la esclavitud por el pago de un precio. Dios como Redentor libra al esclavo de la mancha del pecado con la sangre redentora de su Hijo y pone al prisionero en libertad. En el perdón Dios es el Acreedor. En la justificación es el Juez. En la reconciliación es el Rey. En la redención es el Redentor. El deudor está en el banquillo con su deuda. El criminal está ante la corte bajo condenación. El enemigo está en el palacio del Rey con enemistad. El esclavo está en el mercado bajo esclavitud.
5. Corrupto e impuro. Los pecadores son corruptos, impuros, violadores, contaminados y profanos. (1 Tim. 1: 9, 2 Tim. 3: 2). Ellos necesitan ser santificados. Necesitan estar en suelo santo y ser internamente puros.
6. Muertos. Los pecadores están muertos en pecado. (Efesios 2: 1, 5, 12, 4: 18, 19.) Ellos necesitan convertirse en nuevas criaturas y tener novedad de vida.
7. Pobres extraños. Los pecadores son desconocidos y extraños a Dios. (Efesios 2: 12.) Están sin la herencia eterna. Ellos son miserables abatidos con relación a la eternidad. (Mateo 6: 19, Lucas 12: 21, 1 Tim. 6: 7, Santiago 5: 1-3, Apoc. 3: 17.) Necesitan adopción. Necesitan ser hijos y tener herencia. Dios como Padre colocó a su Hijo unigénito en la posición de un hijo adulto con el privilegio de herencia legal. El perdón trae al deudor la cancelación de los pecados. La justificación da al criminal condenado la justicia impuesta. La reconciliación da al enemigo la paz. La redención da al esclavo la libertad. La santificación cambia la corrupción en santidad. La novedad de vida da vida al que está muerto en pecados. La adopción le hace hijo y da derecho a la herencia al miserable extraño. Estas siete doctrinas de salvación recibirán un tratamiento detallado en Soteriología.