Centro de Recursos Ministeriales "Sinaí"

ÍNDICE

Parte Cuatro
Cristología

Capítulo 38
La Naturaleza de Cristo

Puesto que el cristianismo es la única religión verdadera y que Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres, estamos llevados a saber sobre el origen y la naturaleza de esa singular persona, Jesús.

Jesús no es un personaje legendario de la antigua mitología, como Júpiter, Hércules y Apolo. Él tampoco es un ángel disfrazado o una criatura extraña de otro planeta. Él no es el hombre que un día decidió comenzar una nueva religión. Tampoco es un charlatán religioso o un impostor. Aún más, él no es una edición especial de lujo de la humanidad resultante del proceso de evolución aplicado al carácter humano.

Jesús es el unigénito hijo de Dios. Nacido de la virgen María, Él mantiene una relación especial con Dios y una relación especial con el hombre. Él es hijo de ambos, hombre y Dios. Teniendo esa naturaleza singular, Él es hábil para servir como mediador entre Dios y la humanidad. Él es un "arbitro entre nosotros, que extiende la mano sobre nosotros ambos. (Job 9:33). Jesús es sin pecado. En su pureza y perfección, Él es apto para hacer lo que ningún otro individuo puede hacer. Él por sí mismo está calificado a ser un puente entre Dios y el hombre.

I. Jesús en el Plan Eterno de Dios

Jesús tuvo su origen en la mente y plan de Dios. Su vida y obra fueron previamente conocidas y planificadas por Dios desde el principio de los tiempos. "Conocidas de Dios son todas sus obras desde el principio del mundo" (Hechos 15:18). Imaginado por su sabiduría, proporcionado por su amor, y formado mediante su poder, el plan de salvación de Dios encuentra su centro en la persona y obra de Jesucristo. (Efes 1: 9,10, 3:11).

Antes de que Adán pecara o aún antes de ser creado, Dios sabía que la humanidad necesitaría un Salvador: El Cordero de Dios, por eso, "en verdad fue ordenado antes de la fundación del mundo." (1 Pedro 1:20).

Su sacrificio era tan cierto y un factor de tanta importancia en el plan de salvación de Dios que es descrito como "el Cordero muerto desde la fundación del mundo" (Apoc. 13: 8). Este es un ejemplo de lo que Dios llama "las cosas que no son como si fueran" (Rom. 4:17).

Jesús no existió como una persona hasta que nació en Belén. Sin embargo, Él existió en la mente y plan de Dios desde la eternidad. Con esto en mente, Jesús se refirió a la "gloria que tenía antes de que el mundo existiera (Juan 17: 5), y Él dijo, "pues me has amado desde antes de la fundación del mundo". (Juan 17:24).

Los beneficios del evangelio que se hicieron posibles por el sacrificio de Cristo eran conocidos por Dios desde el principio y estaban incluidos en su plan de salvación.

La esperanza de vida eterna fue prometida "antes que el mundo existiera" (Tito 1: 2), el reino fue preparado "desde la fundación del mundo" (Mat. 25:34); y la gracia salvadora fue dada en Cristo "antes que el mundo comenzara" (II Tim. 1: 9).

Jesús es el punto focal de toda la obra divina. Todo lo que Dios ha hecho en relación al hombre y la tierra ha sido concebido con Cristo en mente. Todas las cosas fueron creadas para él (Col. 1:16).

Dios señaló a su hijo como heredero de todas las cosas, y por su medio preparó las edades. (Heb. 1: 2). Cuando Dios creó nuestro planeta y por medio de él hizo el mundo. (Heb. 1: 2). Cuando Dios creó nuestro planeta sabía que algún día su hijo vendría a nacer aquí, daría a su hijo como sacrificio por el hombre, resucitaría de la muerte y ascendería al cielo, y más tarde regresaría para gobernar sobre todas las naciones. Es de la voluntad de Dios que los pecadores redimidos sean "conforme a la imagen de su hijo, de modo que él sea el primogénito entre muchos hermanos" (Rom 8:29). Él planea que su hijo sea la suma de toda su obra "que en todas las cosas tenga preeminencia" (Col. 1:18), "el primer nacido de toda criatura" (Col. 1:15), y "el principio de la creación de Dios "(Apoc. 3:14). Muchos hombres vivieron antes de Cristo, pero Él es superior a todos. Como el último Adán, Jesús es superior al primer Adán. (1 Cor. 15: 45,46). Aunque más joven en edad, Jesús es superior a Juan el Bautista. (Juan 1: 15,30). Aunque Abraham era el padre de la fe y fundador de la nación de Israel, Jesús es superior a cualquier posición que Abraham haya ocupado. (Juan 8:58). "Él es antes de todas las cosas" (Col. 1:17); ningún hombre es superior a Él.

II. El Nacimiento Virginal de Cristo

Nuestro Salvador tuvo un nacimiento sobrenatural. Él fue nacido de María, una mujer judía virgen. Él tuvo una madre terrena, pero no tiene un padre terreno. A través de su poder, el Espíritu Santo, Dios trajo a Jesús por concepción biológica a través de María.

El ángel dijo a María: - Y he aquí, concebirás en tu seno, y parirás un hijo, y llamarás su nombre Jesús. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? porque no conozco varón. Y respondiendo el ángel le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te hará sombra; por lo cual también lo Santo que nacerá, será llamado Hijo de Dios. (Lucas 1:31, 34,35). En la concepción de Jesús, María estaba desposada a José, pero ellos no estaban casados ??todavía. Sin embargo, José "no la conoció hasta que ella dio a luz a su hijo primogénito" (Mateo 1:25).

Mateo escribió: "El nacimiento de Jesucristo fue así: estando María, su madre, desposada con José, antes de ajustarse, se pensó que había concebido del Espíritu Santo. Entonces José su marido, como era justo, y no deseando hacer de ella ejemplo público, intentó dejarla en secreto. Pero cuando él pensó en estas cosas, el ángel del Señor se le apareció en un sueño, diciendo: José, hijo de David, no temas de recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y ella dará la luz a un hijo, y tú llamarás su nombre Jesús: pues él salvará a su pueblo de sus pecados. Ahora todo esto se ha hecho para cumplir lo que ha dicho el Señor por el profeta, diciendo: He aquí la virgen concebirá y parirá un hijo, Y llamarás su nombre Emmanuel, que declarado, es: Con nosotros Dios. Entonces José, siendo levantado del sueño hizo como el ángel del Señor le había ordenado, y toma para sí su esposa; y no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito: y él llamó su nombre Jesús. "(Mateo 1: 18-25).

Al referirse al nacimiento virgen de Jesús, Pablo escribió:

"Mas venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió su Hijo, hecho de mujer, hecho súbdito a la ley," (Gal. 4: 4). La primera profecía mesiánica en la Biblia describe a Jesús como la semilla de la mujer. Dios dijo a la serpiente: "Yo pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu simiente y su semilla, ella herirá tu cabeza y tú le herirás el talón" (Gen 3:15). El nacimiento milagroso de Jesús cumplió la profecía de Isaías: "Por tanto, el mismo Señor os dará una señal; y he aquí que una virgen concebirá, y dará luz a un hijo, y llamará su nombre Emanuel "(Isaías 7:14).

Jesús no era el hijo de José. Él "no fue generado de la sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios". (Juan 1:13. José fue meramente el padre adoptivo de nuestro Señor: Mateo 1: 2-17 registra la genealogía de José; Lucas 3: 23-33, la genealogía de María. Ambos José y María fueron descendientes de David. El ancestro de José fue el hijo de David, Salomón; el ancestro de María fue el hijo de David, Natán. José era el hijo de Jacob (Mateo 1:16), mientras que el yerno del padre de María, Heli (Lucas 3:23). De acuerdo con Mateo 1:16, "Jacob engendró a José,", pero José no engendró a Jesús. José es descrito como "el marido de María, de la que nació Jesús, el cual es llamado Cristo".

Los estudiantes de la Biblia han afirmado que si Jesús fuera el hijo de José, él estaría excluido de asentarse sobre el trono de David y gobernar sobre la casa de Jacob, pues José es descendiente de Jeconías (Mat.1: 11).

Jeconías también era conocido por Jeconías o Conias. En cuanto a él, Dios dijo: "Escribo que este hombre sin hijos, un hombre que no prosperará en sus días: que ningún hombre de su simiente prosperará, asentándose sobre el trono de David, y reinando más en Judá. (Jer. 22:30). Este hombre fue ancestro de José, pero no de María.

III. Negación del Nacimiento Virginal

Muchos teólogos liberales niegan el nacimiento virginal de Jesús. Ellos creen en la paternidad humana de Jesús o que es el hijo de José. Ellos lo consideran medio humano. Un grupo de teólogos explica que muchos versos bíblicos que claramente designan a Jesús como el hijo de Dios diciendo que todos los hombres son hijos de Dios; todos los hombres son divinos. Otro grupo explica estos versos afirmando que Jesús es el hijo adoptivo de Dios. Ellos enseñan que Jesús fue el hijo de José por nacimiento natural y se convirtió en el hijo de Dios por adopción.

Algunos que adoptaron la teoría de la adopción afirman que Dios adopta a Jesús como su hijo cuando Jesús fue bautizado en el río Jordán (Mat. 3:17); mientras otros, cuando Jesús resucitó de la muerte a la inmortalidad (Rom. 1: 4). Todas estas teorías son mentira. Todos los hombres no son divinos; Jesús es el único nacido de Dios, Jesús es el hijo de Dios por nacimiento sobrenatural, no por adopción. Dios proclamó a Jesús como su hijo en su bautismo y transfiguración, y mostró esto resucitando el de la muerte, sin embargo el hecho de que nuestro Salvador era hijo divino se dio por la realidad de su nacimiento.

IV. Objeciones del Nacimiento Virginal Consideradas

1. Negación de los Milagros: La filosofía materialista y la teología liberal niegan la realidad de los milagros y lo sobrenatural. Así como otros milagros bíblicos, la concepción sobrenatural de nuestro Señor es rechazada por hombres que aseguran estas teorías.

2. Jesús mencionado como hijo de José: Algunos niegan que Jesús es el unigénito hijo de Dios porque él es mencionado como hijo de José en algunos versos; "Jesús ... siendo (como se suponía) el hijo de José" (Luc. 3:23); "Su madre le dijo, Hijo, ¿Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con dolor. (Luc. 2:48); "¿No es éste el hijo del carpintero?" (Luc. 4:22), "Este no es Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre conocemos?" (Juan 6:42); "Lo hemos encontrado, de quien Moisés escribió en la ley y en los profetas, Jesús de Nazaret, el hijo de José." (Juan 1:45).

El significado de la frase "como se suponía" en Lucas 3:23 es "según lo considerado por la ley" (Bullinger, The Companion Bible). Jesús era el hijo de José por adopción o de acuerdo con la ley. Las frases en los versos arriba que figuran una relación padre-hijo entre José y Jesús implica una responsabilidad legal, pero no una paternidad natural.

Cuando María encontró a Jesús en el templo en Jerusalén, ella se refirió a José como su padre, Ella dijo, "Tu padre y yo te hemos buscado con angustia." (Luc. 2:48). Esto era legalmente correcto. De acuerdo con la ley, José tenía responsabilidad por Jesús. En la respuesta de nuestro Señor a María, se reveló la identidad de su verdadero Padre: "¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?" (Luc. 2:49).

Los otros versos que se refieren a Jesús como hijo de José traen palabras dichas por el pueblo de Nazaret y otros que desconocía el milagroso nacimiento de Jesús. La inusual concepción de Jesús no era de público conocimiento entre vecinos y habitantes tradicionales de Nazaret. "Su madre guardó todas estas cosas en su corazón" (Luc. 2:51). Así era común que el pueblo se refería a Jesús como el hijo del carpintero.

3. Una Palabra Hebrea Mal Traducida. El nacimiento virginal de Jesús está predicho en Isa. 7:14, "He aquí, una virgen concebirá, y dará luz a un hijo, y llamará su nombre Emmanuel" La palabra hebrea traducida "virgen" en este verso es "almáh". Almáh significa una muchacha o una mujer joven. La palabra hebrea para virgen en el sentido técnico es betuláh. Toda betulah era una almáh, pero no toda almá es necesariamente betulah. Almáh en este verso, sin embargo, podría haber sido una virgen, pero también podría ser una joven casada.

El uso de la palabra hebrea almáh en Isa. 7:14 está de acuerdo con el plan divino pues el texto es de doble profecía. La profecía fue una señal para Acaz, se cumplió en que una joven mujer casada tuvo un hijo y otros detalles de la profecía sucedieron (V. 16). Esta profecía también se refirió al nacimiento de Cristo. Si la palabra hebrea betuláh, virgen, fuera utilizada, la profecía tendría sentido singular en el cumplimiento; por ejemplo, en María. El uso de la palabra hebrea almáh, joven mujer, hizo posible a la profecía estar en referencia a María así como a la joven mujer en el tiempo de Isaías. María era ambos virgen y joven mujer.

La profecía es citada como cumpliendo en Mateo 1: 23, donde la palabra griega para "virgen" es parthenos, una virgen en el sentido técnico. Esta palabra corresponde al hebreo bethulah. El equivalente para almah en el Griego es neanis. La Versión Revisada de la Biblia (Revised Standart Version) con precisión confirma la palabra almáh "a una mujer joven" en Isaías 7; 14 y parthenos (griego) "una virgen" en Mat. 1: 23.

4. Las narraciones del nacimiento virginal de Cristo son espurias. Dado que la Biblia enseña claramente el nacimiento virginal de Jesús, los hombres que niegan esta verdad se esfuerzan por eliminar las narraciones del nacimiento virginal en la Biblia. Ellos defienden que los escritos que se refieren al nacimiento virginal son espurios; no son genuinos, no son inspirados de Dios. Estos hombres afirman que la narración fue insertada en la Biblia siglos después, para asegurar una falsa doctrina.

Esta objeción no está fundamentada sobre hechos. Los textos que se refieren al nacimiento virginal de Jesús son genuinas partes del Nuevo Testamento. Estos versos se encuentran en las más antiguas copias del Nuevo Testamento disponibles en museos. Las tres más viejas copias del Nuevo Testamento, escritas en el cuarto y quinto siglos, son los manuscritos: Sinaítico, Vaticano y Alejandrino. Todos contienen textos que hacen referencia al nacimiento virginal.

Los hombres que vivieron durante los siglos entre la vida de los apóstoles y el Concilio de Nicea son conocidos como los Padres Antenicenos. Estos hombres escribieron muchas cartas y libros en los que citaban versos de la Biblia. Los eruditos nos cuentan que estos Padres Antenicenos citaron toda la Biblia de una forma u otra. Estos hombres creyeron en el nacimiento virginal de Cristo y citaron las narraciones del nacimiento virginal de Mateo y Lucas, los cuales ellos reconocieron como parte genuina de la Biblia. El nacimiento virginal de Cristo era creído por la Iglesia primitiva desde el principio y está colocada en los más antiguos credos de la Cristiandad.

5. Argumento del silencio. Otra objeción contra el nacimiento virginal de Cristo es que está registrada en sólo dos evangelios. El resto del Nuevo Testamento, afirman los opositores, guardan silencio sobre eso. Ellos dicen que los apóstoles no hacen mención de la enseñanza y nunca predicaron sobre el tema, y ??Pablo no escribió sobre eso en sus epístolas.

Esta objeción no es válida para rechazar el nacimiento virginal de Cristo. Varios libros del Nuevo Testamento no mencionan muchas verdades bíblicas. Los asuntos discutidos se determinan por el propósito para el que se escribieron los libros. Los Hechos de los Apóstoles no hacen referencia al nacimiento virginal pero se debe recordar que fue escrito por el mismo hombre que anteriormente escribió el Evangelio de Lucas, donde el nacimiento de Cristo es narrado. Algunas parábolas de nuestro Señor están registradas en un solo evangelio, pero el silencio de los otros evangelios no indican que estas parábolas nunca se expresaron. Algunas de las epístolas de Pablo no hacen mención del bautismo o del servicio de Comunión, pero este hecho no significa que él no enseñó y practicó estas ordenanzas. Una verdad de la Biblia sería digna de crédito aunque se mencionara una sola vez en la Biblia. El nacimiento virginal de Cristo se menciona en ambas narraciones de su nacimiento. Esta verdad era creída por los apóstoles, y Pablo se refirió a ella cuando escribió: "Dios envió a su Hijo, nacido de mujer" (Gálatas 4: 4).

6. Otras objeciones. Otras objeciones levantadas contra el nacimiento virginal de Cristo incluyen: la imposibilidad biológica; el ser de origen mítico; la historia fue inventada por Mateo para mostrar el cumplimiento de la profecía; y existen diferencias entre las narrativas de Mateo y Lucas.

Lo que puede ser imposible para el hombre es posible para Dios. Partenogénesis (nacimiento virginal), el desarrollo de un óvulo aparte de la fertilización por un espermatozoide se ha encontrado, asimismo, en algunas plantas y animales. No hay similitud entre el nacimiento de Jesús y el nacimiento de los héroes de la mitología pagana. Ninguno de los nacimientos casuales de los héroes de la mitología fue un nacimiento virginal. Mateo y Lucas no fueron influenciados por los mitos paganos. Ellos no inventaron la historia del nacimiento de Cristo. Los acontecimientos de su nacimiento no son contradictorios, sino complementarios. No hay una sola objeción válida contra la verdad que Jesús nació de una virgen, sin un padre humano.

V. La Humanidad de Cristo

Jesús es el Hijo del Hombre. Él posee la verdadera humanidad. Durante su ministerio terrenal él era como todos los hombres, excepto en que vivió sin pecado y mantuvo una relación sobrenatural única con Dios. A través de su relación vital con la humanidad, Jesús se identificó con problemas, lamentos y sufrimientos de la raza humana. (Hebreos 2: 14-18) Aunque Jesús tuvo una concepción milagrosa, tuvo un nacimiento humano. (Gálatas 4: 4, Lucas 2: 7, Génesis 3: 15, Isaías 7: 14, Mateo 1: 1, Romanos 1: 3). Él tuvo una madre terrena, pero no un padre terreno. A través de su madre, sus antepasados ??provienen de Adán. (Lucas 3: 23- 38). Por ella, él es el hijo de Abraham y el hijo de David. Siendo descendiente de Abraham, vino para cumplir el concierto con Abraham con Dios. Siendo la semilla de David, vino para cumplir el concierto de Dios con David.

Jesús tuvo un desarrollo humano normal. "El niño crecía y se fortalecía, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios era sobre él" (Lucas 2: 40). "Y Jesús creció en sabiduría y estatura, y en la gracia de Dios y del hombre" (Lucas 2: 52).

Jesús tenía la apariencia física de un hombre. Él tenía un cuerpo real (Mateo 26: 12, Juan 2: 21, Hebreos 10: 10, Juan 1: 14, Colosenses 1: 22, Hebreos 2: 14-17). Fue hecho a la semejanza de los hombres. (Romanos 8: 3, Filipenses 2: 7.) Antes de su resurrección a la inmortalidad, era mortal y sujeto a las enfermedades de la naturaleza del hombre mortal. Él tuvo hambre (Mateo 4: 2, 21: 18), sed (Juan 19: 28), cansancio (Juan 4: 6). Él fue tentado (Mateo 4: 1, Hebreos 2: 18, 4: 15); Él lloró (Juan 11: 35); Él durmió (Mateo 8: 24); Él sufrió (Hebreos 2: 9, 18, Isaías 53: 3, 4); Él murió (Juan 19: 30, 33). Cuando Jesús murió, el aliento de vida dejó su cuerpo y regresó a Dios que lo dio. Él fue sepultado y permaneció sin consciencia en la sepultura hasta su resurrección. Después de Su resurrección mostró a sus discípulos que tenía un cuerpo material real, literal en inmortalidad. (Lucas 24: 39- 43).

Nuestro Señor fue repetidamente llamado hombre en el Nuevo Testamento. (Juan 1: 30, 8: 40, Hechos 2: 22, 13: 38, Romanos 5: 15, 1 Corintios 15: 21, 47, Filipenses 2: 8.) Como mediador, Él es "el hombre Cristo Jesús" 1Timoteo 2: 5). Él regresará a la tierra como hombre (Mateo 16: 27, 28, 25: 31, 26: 64), y como hombre juzgará al mundo en justicia (Hechos 17: 31).

1. El Hijo del Hombre. La frase más común usada por nuestro Señor para designarse es "el Hijo del Hombre." En el Antiguo Testamento, la frase se refiere a la humanidad en general. (Números 23:19, Job 25: 6, 35: 8, Salmos 8: 4, 80:17, 144: 3, 146: 3, Isaías 51: 12, etc.) El título fue usado por cerca de noventa veces en referencia al profeta Ezequiel. Gabriel una vez usó el título refiriéndose a Daniel. (Daniel 8: 17) El título se aplica al Mesías en Daniel 7: 13, 14: "Miraba yo en la visión de la noche, y vi que con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre; vino hasta el Anciano de días, y lo hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas lo sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará; y su reino es uno que nunca será destruido.”. La frase "Hijo del Hombre" ocurre ochenta y ocho veces en el Nuevo Testamento, ochenta y cuatro veces en los Evangelios. Jesús fue la única persona a usar esta frase en referencia a sí, excepto Esteban (Hechos 7: 56), Juan (Apocalipsis 1: 13, 14: 14, Juan 3: 13), y las personas que citar las palabras de Cristo (cf. Juan 12: 34). Jesús usó este título para revelar su perfecta naturaleza humana y relación singular con la humanidad al identificarse como el Mesías. Jesús se refirió a sí como el Hijo del Hombre en relación a su segunda venida en por lo menos veinticinco veces en los Evangelios. Un ejemplo: "Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se asentará en el trono de su gloria." (Mateo 25: 31).

Jesús no es meramente un hijo del hombre; él es el Hijo del Hombre. El título designa ambos su humildad y señorío. El Hijo del Hombre es también llamado el Hijo de Dios. (Mateo 16: 13-17).

La importancia de la humanidad de Cristo puede ser observada en que él es apto para revelar el carácter de Dios para la humanidad, para representar al hombre como segundo Adán, y ser el pariente Redentor del hombre, ser el misericordioso y fiel supremo sacerdote, ejemplo y patrón para su pueblo, ser cabeza de la nueva creación, y por sentarse sobre el trono de David.

VI. La Relación Divina de Cristo

Jesús es el unigénito Hijo de Dios. (Juan 1: 14, 18, Juan 3: 16, 18, 1 Juan 4: 9) Él tiene una relación singular con Dios. Esta es la relación que ningún otro hombre ha experimentado. La vida de Cristo entre los hombres fue una revelación del carácter de Dios. Él reflejó la santidad de Dios, el amor y la verdad; Él mostró cómo es Dios. (Juan 1: 18, 14: 9) Cristo es una expresión del ideal de Dios para la humanidad. Él es la Palabra viva, el cuerpo de la idea divina. Su vida inmaculada reveló el pecado del hombre. El carácter de Jesús es el estándar moral para la humanidad.

1. El Hijo de Dios. La Biblia enseña claramente que Jesús es el Hijo de Dios. Nuestro Salvador se refiere a Dios como Su Padre y a sí como Hijo de Dios. Entre los muchos testigos que declararon que Jesús es el Hijo de Dios están: Dios (Mateo 3: 17; 17: 5); el mismo Jesús (Juan 9: 35- 37; 10: 36); el ángel Gabriel (Lucas 1: 32- 35); Juan el Bautista (Juan 1: 34); Natanael (Juan 1: 49); los discípulos (Mateo 14: 33); Pedro (Mateo 16: 16); Marta (Juan 11: 27); el centurión (Mateo 27: 54); Juan (Juan 20: 31, 1 Juan 4: 15); y Pablo (Hechos 9: 20, Romanos 1: 4, 2 Corintios 1: 19).

2. Importancia de Su Filiación Divina. La filiación divina de Cristo da infinito valor a su muerte expiatoria. Este hecho explica la aptitud de Cristo de ser el sustituto para muchos pecadores. Un dólar de plata es menor en número que noventa y nueve centavos, sin embargo es mayor en valor. Jesús es una sola persona, pero su muerte es de mayor valor que la muerte de infinito número de pecadores. Como Hijo de Dios, Jesús es apto para ser la autoridad de la voz de Dios y revelar la voluntad divina para la humanidad; Él tiene la autoridad para perdonar los pecados, para juzgar a la humanidad, para levantar a los muertos, y para dar vida eterna. Su filiación divina y el título como heredero de todas las cosas; le da el derecho de soberanía sobre las naciones. La relación singular de nuestro Señor como sumo sacerdote hace le da capacidad para servir como mediador del pecador. Él es titulado en adoración y alabanza.

3. Jesús no es Dios mismo. Jesús es divino, pero no es Dios. Él es de Dios, pero no el propio Dios. Jesús no es Dios sino el Hijo de Dios. El Padre y el Hijo no son idénticos o iguales. El Padre vivió antes del Hijo; y el Hijo recibió vida del Padre. El Padre es mayor que el Hijo.

Los trinitarios creen que Jesús y Dios son iguales en todos los sentidos. Ellos creen que Jesús es una de las tres personas que constituyen un Dios. Ellos mantienen que existe una única sustancia, una inteligencia, y una voluntad en la Divinidad, pero las tres personas coexisten eternamente de una esencia y del ejercicio de una inteligencia y una voluntad.

Los triteístas creen que Jesús es uno de tres Dioses. Ellos enseñan que Dios es tres esencias, y tres personas. Ellos afirman que hay tres dioses distintos, unidos en propósito y obras, pero no en esencia.

Una tercera falsa teoría, conocida como Sabelianismo o Monarquismo, es la creencia de que Dios, Jesús y el Espíritu son uno en esencia, así como en persona. Los que creen en esta teoría afirman que hay una persona divina que algunas veces se manifiesta como Padre, algunas veces como Jesús, y algunas veces como Espíritu. Esta visión niega que Jesús y el Padre sean personalidades separadas.

Todas las tres teorías son falsas. La Biblia enseña que hay un solo Dios, el Padre, que es uno en esencia y persona. Hay una sola persona que es Dios. La Biblia enseña que Jesús no es Dios, sino el Hijo de Dios. Él es la persona más exaltada en el universo, después de Dios. Cristo será eternamente sujeto a su Padre, el único supremo Dios. El Espíritu Santo es el poder impersonal por el cual Dios realiza sus obras.

Para un estudio detallado de pruebas que Jesús no es Dios, vea la sección II del capítulo "Contra Trinitarismo", que aparece en este libro. Resumidamente observamos estos hechos. Jesús no es Dios porque existe una sola persona que es Dios y la Biblia lo identifica como Padre. Jesús es el mediador entre Dios y los hombres, y no puede ser el mismo Dios; un mediador debe ser una tercera parte. Jesús es el Hijo de Dios y no puede ser el mismo Dios. Dios es el Dios de Jesús. Jesús reconoció al Padre como su Dios. Él reveló que no era Dios mismo cuando su Padre oraba. La Biblia figura a Jesús siendo inferior a Dios. Jesús declaró: "Mi Padre es mayor que yo" (Juan 14: 28). Jesús es inferior a su Padre en conocimiento, poder y vida. Dios no puede morir, pero Jesús murió. Las posiciones divinas de nuestro Señor fueron derivadas de Dios. Las Escrituras que colocan a Jesús como la imagen de Dios se refieren al carácter de Dios reflejado en la vida de Cristo. En pocos registros, Jesús recibe el título de "Dios". (Juan 20: 28, Titus 2: 13, Hebreos 1: 8.) La palabra "Dios" se usa en los versos en sentido secundario para indicar la representación de Dios. En sentido secundario, la palabra "Dios" se aplica también a Moisés (Exodo 4: 16, 7: 1), jueces humanos (Exodo 21: 6, 22: 8, 9, 28, 1 Samuel 2: 25), ángeles (Salmos 97: 7, Hebreos 1: 6), y a los israelitas (Salmos 82: 6, 7, Juan 10: 34- 36). Jesús es la representación divina de Dios, pero no el propio Dios. Como Hijo de Dios, nuestro Señor es digno de la confianza del hombre, de la obediencia, la adoración, y la alabanza. "Por eso Dios también lo exaltó sobre todas las cosas y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra, toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.. "(Filip. 2: 9-11).