Jesús es Profeta, Sacerdote y Rey. Él enseña, expía y gobierna. Las palabras proféticas, sacerdotales y reales de nuestro Señor son tres funciones de su oficio de mediador.
Habiendo sido desviados por el error e ignorancia, los hombres necesitan luz espiritual y conocimiento; necesitan un profeta o instructor. Al ser corrompidos y culpables, los hombres necesitan purificación y perdón; ellos necesitan un sacerdote. Estando sujetos a rebelión espontánea, los hombres necesitan disciplina y verdadera libertad; ellos necesitan un rey. Los hombres, siendo ignorantes, pecadores, y rebeldes, necesitan de Cristo como su mediador, como su Profeta, Sacerdote, y Rey.
Cristo es profeta como Moisés. (Deuteronomio 18: 15, 18.) Él es sacerdote como Melquisedec. (Salmos 110: 4, Hebreos 5: 5-10, 7: 1-). Él es rey como David. (2 Samuel 7, Isaías 9: 7, Lucas 1: 31- 33.) En las sinagogas judías, el objeto más sagrado es la Torá, los cinco libros de la ley. Sobre la Torá están tres coronas: la corona de la Ley, la corona del Sacerdocio, y la corona del Reinado. La historia y la gloria de los israelitas está centrada en estos tres oficios divinamente instituidos. El rey gobernó sobre los hombres por Dios, el sacerdote habló a Dios por los hombres; el profeta habló a los hombres por Dios.
(1 Samuel 10: 1, 16: 12, 13), la unción de los profetas (1 Reyes 19: 16), y la unción de los sacerdotes (Levíticos 8: 12; 133: 2). Estos tres grupos de hombres eran designados para ejecutar obras especiales para Dios. Sus unciones significaban que estaban investidos de autoridad divina; el aceite de la unción simbolizó el Espíritu de Dios. Los títulos "Mesías" y "Cristo" significan "el Ungido". Como Mesías y Cristo, Jesús fue ungido de Dios para ser Rey, Profeta, y Sacerdote.
Como Profeta, Jesús es el divino Instructor; es el portavoz de Dios. Él dijo: "El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres" (Lucas 4: 18). Jesús cumplió el oficio de profeta enseñando, predicando y operando milagros. Él habló de la voluntad de Dios y predijo sucesos futuros. Sus enseñanzas incluyeron preceptos concernientes a una conducta correcta y profecías concernientes al futuro. Como sacerdote, Jesús hizo la obra de expiación, intercesión y bendición. Él se ofreció como el Cordero expiatorio por los pecadores. Él es el Intercesor y el abogado de los creyentes. Como Rey, Jesús tiene autoridad divina para ser Rey de los reyes y gobernar sobre toda la tierra en su segunda venida.
Es muy importante no confundir el triple oficio de Cristo como Mediador con el triple ministerio de Cristo. Cuando mencionamos el triple ministerio de Cristo, nos referimos a su ministerio terrenal, celestial, y nuevo ministerio terrenal. Cuando mencionamos su triple oficio como Mediador, nos referimos a su posición como Rey, Sacerdote y Profeta. El triple ministerio de Cristo está determinado por el período de tiempo: pasado, presente y futuro. El triple oficio de Mediador es determinado por las tres posiciones que Él ocupa: Profeta, Sacerdote, y Rey. Algunas veces el pensamiento engañoso expresa que la obra de Cristo como Profeta o Instructor está limitada a su ministerio terrenal; su obra como sacerdote está confinada a su ministerio celestial, y su posición como Rey está limitada a su nuevo ministerio terrenal. Los hombres que enseñan esta falsa doctrina afirman que Jesús actuó como Profeta solamente durante su ministerio terrenal, que nada ha enseñado desde que subió al cielo, y que nunca más enseñará en el futuro. Ellos enseñan que Jesús es un sacerdote hoy, pero él no sirvió como sacerdote durante su ministerio terrenal y no servirá como sacerdote durante su nuevo ministerio terrenal. Estas ideas no están en la escritura. El oficio de nuestro Señor como profeta o instructor está relacionado con todos sus tres oficios. Durante su ministerio terrenal, Él enseñó parábolas, preceptos y profecías. Después de haber subido al cielo, reveló verdad adicional a los apóstoles a través de su espíritu. En su futuro reinado, Él enseñará a las naciones vivientes. La obra de Cristo como sacerdote, además, no está limitada a su ministerio celestial. Durante su ministerio terrenal se ofreció a sí en sacrificio e hizo intercesión por sus seguidores. En su nuevo ministerio terrenal, será Sacerdote, como rey y profeta. Es evidente que el triple ministerio de Cristo y sus tres oficios como mediador no son idénticos.