Centro de Recursos Ministeriales "Sinaí"

ÍNDICE

Parte Cinco
Soteriología

Capítulo 52
La Gracia de Dios

La salvación se origina en la gracia de Dios. El plan de salvación de Dios fluye de su corazón para encontrar cumplimiento en la vida de los hombres pecaminosos. Dios no estaba obligado a salvar a los hombres del pecado y concederles sus bendiciones espirituales. Los pecadores no merecían ser salvos, ellos son dignos de muerte. Dios podría haber destruido a toda la raza humana y los pecadores así habrían recibido lo que merecen. Cuando los pecadores son salvos y reciben las bendiciones de la salvación, reciben lo que por sí mismos no merecen. La salvación es inmerecida y sin méritos para la humanidad. Es un regalo de Dios. (Romanos 3: 24, 5: 15, 21, 6: 23, Efesios 2: 8, Isaías 55: 1,2, Apocalipsis 22: 17.) La causa motivadora de la gracia de Dios reposa íntegramente dentro de él. Nada existe en el receptor de la gracia de Dios que tenga mérito o que merezca su don de salvación. La gracia es el amor de Dios en su relación con las necesidades del hombre en su estado de pecado y culpa.

Juan 1:17 mas la gracia y la verdad por Jesucristo fue hecha
Hechos 15:10-11 creemos que seremos salvos
Romanos 3:21-28 justificados gratuitamente por su gracia por la redención que es en Cristo Jesús
Romanos 4:4-5 Gracia, no deuda
Romanos 4:16 por la fe, para que sea por gracia
Romanos 5:2 por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes
Romanos 5:15-21 Cristo, gracia, don gratuito
Romanos 6:1 Para que la gracia abunde
Romanos 11:5-6 Por gracia, no por obras
Gálatas 1:6 Llamados a la gracia de Cristo
Gálatas 2:21 No desecho la gracia de Dios
Gálatas 5:4 Caído de la gracia
Efesios 1:6-7 Según las riquezas de la gracia
Efesios 2:4-10 Por gracia sois salvos
2 Timoteo 1:9 De acuerdo a su gracia
Tito 2:11 Gracia de Dios que trae salvación
Tito 3:3-7 Justificado por la gracia
1 Pedro 5:12 ésta es la verdadera gracia de Dios, en la cual estáis

La palabra griega para gracia es kjáris, gentileza concedida liberalmente sin consideración de mérito o recompensa. Una palabra en inglés relacionada es "charity." Palabras que tienen afinidad con "gracia" incluyen "gratis", "gratuito" y "gratitud." Gratis significa sin precio, algo concedido sin obligación de quien lo da, sin recompensa de mérito. La gratitud es la apreciación del don recibido. La Biblia regularmente usa la palabra "gracia" para denotar un regalo o bendición recibido de Dios. Se usa para referirse no sólo a la naturaleza de Dios la cual propició la dádiva, sino también a la propia dádiva en sí. La palabra "gracia" se utiliza también para referirse a las cualidades personales dentro del hombre como carisma, gracioso, gratitud, amabilidad, gratitud y liberalidad.

Gracia, misericordia, y amor están relacionados entre sí. La salvación se origina en el amor de Dios (Juan 3: 16, Romanos 5: 6-8, Efesios 2: 4- 8, Tito 3: 4-7, 1 Juan 3: 1, 16, 4: 9, 10) y misericordia (Isaías 55: 7, Efesios 2: 4- 8, Tito 3: 4-7, 1 Pedro 1: 3) así como en su gracia. El amor se refiere a lo que Dios es en sí. La misericordia es el amor de Dios relacionado con la miseria del hombre, la fragilidad, y la necesidad. La gracia es el amor de Dios cuando está relacionado con el pecado y la culpa del hombre.

I. Salvación no por Obras

Gracia y mérito son mutuamente exclusivas. Ellas no pueden coexistir; una elimina la otra. Las obras realizadas por el pecador no pueden ser la base de la salvación. El hombre no puede conseguir ni merecer la salvación. La bondad natural del hombre está sin mérito ante la vista de Dios. "Todas nuestras justicias como trapo de inmundicia" (Isaías 64: 6). La justicia producida por el individuo es auto justicia, y la que es producida por la carne es obra de la carne. Todos los hombres son pecadores, y todo en el hombre es pecaminoso. El hombre no puede salvarse a sí mismo.

Los pecadores no pueden obtener la salvación por la observancia de la ley. La justicia que cuenta con Dios no puede ser adquirida por la observación de las leyes del Antiguo Testamento. La ley fue dada a Israel para definir y revelar el pecado. (Romanos 3: 19, 20, 7: 7.) La ley no pretendía ser el medio por el cual los hombres pudieran ser salvos y obtener la vida eterna. (Gálatas 3: 21, Romanos 8: 3.) La ley fue designada para mostrar a los hombres su necesidad por el Salvador (Gálatas 3: 24.) La entrada del pecado vino por Adán; el conocimiento del pecado vino a través de Moisés, la remisión de los pecados vino a través de Cristo. A través de la muerte de Cristo, los creyentes fueron redimidos de la ley. (Romanos 7: 4, Efesios 2: 14, 15, Colosenses 2: 14, 20.) La ley para la cual los creyentes están muertos incluye los diez mandamientos así como las leyes ceremoniales del Antiguo Testamento. Pablo incluyó los diez mandamientos, "no codiciarás", como parte de la ley para la cual los cristianos están muertos (Romanos 7: 7). Por lo tanto, los cristianos no están bajo la ley, sino bajo la gracia. (Romanos 6: 14, 7: 6, Gálatas 4, 30, 31, 5, 18.) Los cristianos son advertidos a permanecer "firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no volváis otra vez a ser presos en el yugo de servidumbre "(Gálatas 5: 1) Pablo declaró," Vacíos sois de Cristo los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído. "(Gálatas 5: 4), y" No desecho la gracia de Dios: porque si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo. "(Gálatas 2: 21).

Romanos 3:20 Por las obras de la le nadie se justifica
Romanos 3:21 sin la ley, la justicia de Dios se ha manifestado
Romanos 3:27 ¿Por cuál ley? ¿de las obras? No; mas por la ley de la fe
Romanos3:28 justificado por fe sin las obras de la ley
Romanos 3:31 ¿Luego deshacemos la ley por la fe? En ninguna manera; antes establecemos la ley
Romanos 4:2 Abraham no fue justificado por obras
Romanos 4:5 La recompensa no es según las obras
Romanos 4:6,7 Justicia sin obras
Romanos 4: 9-12 Abraham fue justificado son las obras
Romanos 4:13-15 Por la promesa, no por la ley
Romanos 4:16 Por tanto es por la fe, para que sea por gracia
Romanos 9:11 No por obras
Romanos 9:30-32 Israel no buscó por la fe sino por la ley
Romanos 10:3 procurando establecer su propia justicia
Romanos 10:4 El fin de la ley es justifica
Gálatas 2:16 el hombre no es justificado por las obras de la ley
Gálatas 2:21 si por la ley, entonces por demás murió Cristo
Gálatas 3:10 Las obras de la ley son maldición
Gálatas 3:11 Nadie se justifica por la ley
Gálatas 3:12 La ley no es de la fe
Gálatas 3:13 Redimidos de la maldición de la ley
Gálatas 3:17-25 La ley fue para traernos a Cristo
Gálatas 4:1-31 No somos hijos de la esclava
Gálatas 5:1-4 Caídos de la gracia
Gálatas 5:18 No estáis bajo la ley
Efesios 2:8-10 No por obras para que nadie se gloría
Filipenses 3:9 No por justicia propia
Colosenses 2:14-20 El documento manuscrito fue clavado en la cruz
2 Timoteo 1:9 No según nuestra propias obras
Tito 3:5 No por obras de justicia que habíamos hecho

Si la salvación pudiera ser obtenida por el hombre, ella cesaría de ser una dádiva. La vida eterna sería el pago de Dios a la deuda con el hombre. "El que hace la obra no le es imputado el galardón según la gracia, sino según la deuda." (Romanos 4: 4) Pablo declaró, "Y si es por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no sería gracia. Y si es por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no sería obra." (Romanos 11: 6). Si el hombre puede obtener, o al menos parcialmente obtener la vida eterna, la salvación cesaría en ser una dádiva.

Si la salvación estuviera basada en las obras humanas, el hombre se gloriaría de sus hazañas. En el reino, el hombre se justificaría a sí mismo y orgullosamente anunciaría, "Estoy aquí por lo que he hecho. "Digno soy yo en recibir alabanza y gloria porque he acumulado mérito suficiente por mis propias obras para merecer la vida eterna." El orgullo, sin embargo, es pecado, y los pecadores están excluidos del reino eterno de Dios. Pablo explicó, "porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe, pues somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas. "(Efesios 2: 8-10). "¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida... " (Romanos 3: 27). El plan de Dios para la salvación a través de la gracia produce verdadera humildad dentro del hombre. En respuesta a la gracia, el pecador viene a Dios con las manos vacías, sin merecerlo. Él reconoce que no merece la salvación, que nada merece, sino destrucción. Para recibir la dádiva de Dios, el pecador debe venir a dios de las manos vacías. Con Augustus M. Toplady, él dice: "Nada en mis manos traigo, simple a tu cruz me agarro." Alguien no puede agarrar la cruz de Cristo si las manos están llenas de las obras del individualismo. Las manos llenas de justicia propia no tienen espacio para recibir la justicia que viene de Dios.

Muchos pecadores rechazan la oferta de salvación de Dios porque están llenos de orgullo para aceptar el regalo. Por el orgullo, ellos afirman su autosuficiencia e independencia de Dios. Ellos alardean que no necesitan ayuda externa, que pueden afirmarse con sus propios pies, y que se toman cuenta de sí mismos. Ellos insisten que pueden luchar sus propias batallas y nunca pedir nada a nadie. Ellos quieren que se les deje solos para vivir sus propias vidas sin la interferencia de Dios. Si Dios les permitiera comprar la vida eterna de alguna manera ellos estarán contentos de aceptar la oferta. Puesto que Dios insiste en que la salvación es completamente un regalo y aun cuando el hombre de ninguna manera tiene méritos para esta dádiva, el orgullo de los pecadores no tiene nada que ver con el evangelio. Jesús dijo que el orgullo como la barrera más grande para la conversión: "A menos que se conviertan, y se vuelven como los niños, no entrar en el reino de Dios." (Mateo 18: 3).

La salvación no es por las obras, para que ningún hombre se exalte; es sólo la gracia, para que todo hombre glorifique a Dios. La conversión no es mérito de salvación. El arrepentimiento, la fe, y el bautismo no son origen ni base para la salvación. A través de ellos, nadie acumula méritos para recibir la vida eterna. El pecador es salvado por el arrepentimiento, la fe, y el bautismo porque estos requisitos deben cumplirse antes de que pueda aceptar los regalos de salvación de Dios. La gracia de Dios es el origen de la salvación, y el sacrificio de Cristo es la base de la salvación. La conversión es la causa instrumental o condición de salvación, pero no la base de mérito para la salvación. El hombre tiene la responsabilidad de aceptar el don de Dios, pero Dios recibe la gloria por proveer este don. Incluso después de haber aceptado el don de salvación de Dios, e incluso después de haber permitido que Jesús produzca el fruto del Espíritu en sus vidas, ellos no tienen razón para el orgullo; no tienen base para la exaltarse. Después de haber cumplido todos los requisitos de Dios, los creyentes humildemente deben reconocer que son simplemente "siervos inútiles" (Lucas 17: 10). Cada pecador salvo en el futuro reino de Dios constituirá una ilustración de la obra de la gracia de Dios. (Efesios 2: 7.) Aunque inmortal y coheredero con Cristo, el creyente glorificado será un testimonio de la gracia de Dios. Él dirá: "Yo estoy aquí en la eternidad perfecta de Dios, pero no merezco estar aquí. Yo merezco la destrucción. Yo recibí la salvación por la gracia salvadora de Dios y por el sacrificio vicario del Cordero. "Él siempre será" sólo un pecador salvo por la gracia. “

No lo que estas manos han hecho
Puede salvar esta alma culpable
No lo que esta carne se ha esforzado
Puede hacer por este espíritu.

No lo que siento o hago
Puede darme paz con Dios;
No todas mis oraciones y visiones y lágrimas
Pueden sostener mi pesada carga.

Sólo tu obra, oh, Cristo,
Puede aliviar este peso del pecado;
Sólo tu sangre, cordero de Dios,
Puede darme paz interior.

Tu amor por mí, oh, Dios,
No el mío, Señor, a ti,
Me puede librar de este momento oscuro,
Y hacer mi espíritu libre.

Sólo tu gracia, oh, Dios
Pede hablar de perdón;
Sólo tu poder, oh, Hijo de Dios,
Puede romper esta esclavitud.

Yo bendigo al Cristo de Dios;
Yo reposo en el amor divino;
Y, con labio y corazón resueltos,
Yo llamo a este mi Salvador.

Horacio Bonar, 1861.

La diferencia básica entre el cristianismo y todas las demás religiones (incluyendo las pervertidas formas del cristianismo) es que las religiones no cristianas son religiones de la ley, mientras que el verdadero cristianismo es la religión de la gracia. Las religiones no cristianas se caracterizan por los esfuerzos del hombre para agradar a la divinidad mediante sus propias obras (ejercicio moral, buenas obras, prácticas ascéticas, oraciones, peregrinaciones, sacrificios, etc.). La religión cristiana, por otro lado, se caracteriza por la respuesta humilde del hombre a lo que Dios ha hecho, está haciendo, y lo hará. Max Mueller escribió:

En la ejecución de mis tareas por cuarenta años como profesor de Sánscrito en la Universidad de Oxford, he dedicado tanto tiempo como cualquier hombre viviente en el estudio de los Libros Sagrados de Oriente, y he encontrado la nota tónica, en el diapasón, para hablar, todos los llamados libros sagrados, que sean el Veda de los Brahmanes, el Puranas de Siva y Vishnu, el Corán de Mahoma, el Zend-Avesta de los Persas, el Tripitaka de los Budistas - de un refrán al otro - salvación por las obras. Todos ellos dicen que la salvación debe ser obtenida, debe ser comprada por un precio, y que el único precio, el único dinero adquirido, debe ser nuestras obras y méritos. La Biblia Sagrada, nuestro libro sagrado de Oriente, es desde el principio al fin una protesta contra esta doctrina. Las palabras de Dios incluso, nos alegran en que este Libro Sagrado del oriente es con mucho más fuerte que cualquier otro libro sagrado del oriente; estas son simplemente la gratitud externa del corazón - ellos son simplemente una oferta de agradecimiento, los frutos de nuestra fe. Ellas nunca son el dinero de rescate de los verdaderos discípulos de Cristo. (Citado por Pieper, Op. Cit., Vol. I, Pág. 15, 16.)

II. La Búsqueda de Dios por el Hombre

La búsqueda del hombre por Dios es simplemente su respuesta a la búsqueda de Dios por el hombre. Dios busca al pecador hasta que el pecador lo encuentre. El encuentro del pecador con Dios es simplemente la respuesta de Dios al encontrarlo. La salvación del Nuevo Testamento figura a Dios y Jesús buscando por el hombre. Jesús dijo: "El Hijo del hombre vino para buscar y salvar lo que estaba perdido." (Lucas 19: 10). Él habló del pastor que buscaba la oveja perdida, de la mujer que rastreó su casa en busca de la moneda perdida, y del hijo perdido que comprendió su condición y regresó a la casa.

El pecador debería colocarse en los pasos de la cruz de manera que Dios en gracia pueda encontrarlo. Dios, mediante la gracia, vuelve al hombre inconforme con las cosas terrenas, de modo que pueda buscar las cosas eternas. Él invade el corazón del hombre, lo despierta, y genera dentro de él un hambre de justicia. El hambre de la vida espiritual es un regalo de Dios. Dios es siempre el primero. Los hombres creen en Dios porque él se les reveló a través de su Palabra. El hombre ama a Dios porque Dios lo amó primero. El hombre abre la puerta de su corazón a Dios porque Dios primero estaba tocando buscando entrar.

Busqué al Señor, y después supe
Él movió mi alma para buscarlo, buscándome;
No fue que encontré, o Salvador verdadero;
No, fui encontrado de ti

Tú extendiste tus manos y las mías envolvieron;
Caminé y no me hundí en el mar turbulento;
No fue tanto que yo en ti me apoyé,
Como Tú, querido Señor, sobre mí.

Encuentro, camino, amo, pero ¡oh, todo!
De amor no es más que mi respuesta, Señor, a ti;
Porque tú fuiste mucho antes con mi alma,
Siempre me has amado.

Anónimo, 1904.

III. Evidencia de su Gracia

La salvación comienza dentro del corazón y la mente de Dios. Cada bendición que Él concede a los pecadores es una evidencia de su gracia. Dios reveló su gracia en el plan de salvación por los pecadores. No hay un pecador que merezca ser salvo. Dios no está obligado a compartir el plan de salvación con los pecadores, el hecho de que haya hecho este plan es una evidencia de su gracia.

Cuando Adán y Eva pecaron en el jardín del Edén, ellos merecían morir porque el paga del pecado es la muerte. Como un acto de gracia, Dios ordenó una "parada" en la ejecución de la pena del pecado, de la muerte eterna. Los pecadores hoy no caen muertos en el momento en que pecan. La ejecución de la pena del pecado fue postergada hasta la segunda muerte de modo que los pecadores puedan tener la oportunidad de aceptar el plan de salvación de Dios. Sin la gracia de Dios, toda la raza humana estaría destruida. El impedimento del juicio final hasta el futuro es una evidencia de su gracia. (2 Pedro 3: 9, Romanos 2: 4).

Dios ha revelado su infinito amor y gracia a los pecadores proporcionando al Salvador y al Sacrificio. Además, el programa de proclamación del evangelio a través de los cristianos es una evidencia de su gracia. ¡Cuán agradecidos los pecadores deberían estar por el hecho de que el Señor de la cosecha envíe obreros a la mies! (Lucas 10: 2.) Cuando el mensaje de la salvación se presenta, Dios mediante el amor actúa en el corazón del pecador para convencerlo del pecado, para convertirlo a Cristo, y para reconciliarlo con él. A través de su poder, Dios obra en la vida del creyente. "Pues somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras" (Efesios 2: 10). Dios busca transformar el carácter y conducta del creyente de forma que sea la imagen de su Hijo. La resurrección para la inmortalidad, la glorificación con Cristo, y la herencia en el Reino eterno de Dios serán futuras evidencias de la admirable gracia de Dios.