Centro de Recursos Ministeriales "Sinaí"

ÍNDICE

Parte Cinco
Soteriología

Capítulo 53
Salvación Aceptada por el Hombre

La salvación es condicional. Originada en la gracia de Dios y basada en el sacrificio de Cristo, la salvación puede convertirse en una realidad en la vida del pecador sólo si se cumplen los requisitos de Dios. La aceptación por el hombre es la condición por la cual es otorgada. Dios proveyó la salvación; el hombre debe aceptarla. El hombre tiene la responsabilidad, Dios recibe la gloria.

I. Dos Lados de la Salvación

Hay dos lados de la salvación, el lado divino y el lado humano. "Dios amó al mundo de tal manera que dio a su único Hijo ..." - esto es lo que Dios ha hecho; este es el lado divino de la salvación. "... todo aquel que en él cree ..." - esto es lo que el hombre debe hacer; este es el lado humano de la salvación.

En el proceso de la salvación existen cosas que sólo Dios puede hacer, y hay cosas que sólo el hombre puede hacer. Por ejemplo, la redención y la novedad de vida son obras divinas. El hombre no se puede redimir a sí mismo ni darse novedad de vida. Estas son obras que sólo Dios puede hacer. Por otro lado, arrepentimiento, fe, y bautismo deben ser obra del hombre. Dios no se arrepentirá por el hombre. Aunque la misericordia de Dios conduzca al hombre al arrepentimiento, él por sí mismo debe arrepentirse. El hombre por sí mismo debe ser bautizado. Aunque la fe sea un regalo de Dios, el hombre mismo debe rendir su vida a Cristo y ejercer la fe en su obra de salvación. Estas son cosas que sólo el hombre puede hacer.

1. Lo que Dios hace. El lado divino de la salvación incluye todo lo que Dios ha hecho, está haciendo, y hará en la salvación de los pecadores. Esto incluye todas las riquezas espirituales que Dios concede sobre los creyentes a través de Cristo. Las siete doctrinas de la salvación son obras divinas: perdón, justificación, reconciliación, redención, santificación, novedad de vida y adopción. A la vez son beneficios espirituales que el creyente recibe cuando acepta el don de la salvación de Dios y entra en Cristo.

2. Lo que el hombre debe hacer. El lado humano de la salvación es la conversión. La conversión incluye tres elementos: arrepentimiento, fe, y bautismo. Estas son cosas que el hombre debe hacer para aceptar los dones de salvación de Dios.

II. Conversión Implica Decisión

La salvación depende de la decisión del hombre de aceptar el don del amor de Dios. Creado a la imagen de Dios, el hombre tiene capacidad para escoger, a él se le ha confiado el poder de tomar decisiones. El poder de decisión del hombre es uno de los tres elementos de su personalidad: intelecto, sensibilidad y voluntad. Estas son tres funciones de la mente del hombre. Intelecto es la habilidad de la mente en conocer; la sensibilidad es la habilidad de la mente en sentir, la voluntad es habilidad de la mente en elegir y actuar. Por lo tanto, el poder de decisión, es una función de la voluntad del hombre.

La voluntad del hombre es el elemento controlador de su personalidad. Su voluntad es la procedencia de todas las acciones, el poder de gobierno de la naturaleza moral. El intelecto genera el blanco, la sensibilidad tira del gatillo, pero la voluntad arroja la flecha. La voluntad del hombre es de mayor importancia en la conversión.

La vida cristiana comienza con una decisión. El Hijo pródigo decidió, "Me levantaré e ir a mi padre" (Lucas 15: 18). Rebeca, consintiendo en casarse con Isaac, anunció, "Yo iré" (Génesis 24: 58). Saulo de Tarso preguntó, "Señor, ¿qué quieres que haga?" (Hechos 9: 6).

En la conversión, el pecador voluntariamente se entrega a la voluntad de Dios. Él elige la elección de Dios. Él dice, "sí" al Dios de la eternidad. La elección del hombre por el don de la salvación de Dios debe ser voluntaria. Cristo se pone a la puerta del corazón y toca, pero la puerta sólo puede ser abierta por dentro. El pecador debe levantar la aldaba y abrir la puerta, de otra manera la puerta nunca será abierta. Mediante el infinito amor, Dios inspira al pecador a abrir la puerta, a deshacer la barrera, y retirar la cortina de la oscuridad de modo que la salvación pueda convertirse en una realidad en su vida.

III. Tres Elementos de la Conversión

Los tres elementos de conversión son arrepentimiento, fe y bautismo. Ellos son esenciales para la salvación. La conversión, naturalmente, no es la base de la salvación, es la condición de salvación. El hombre no puede adquirir la salvación. El arrepentimiento, la fe, y el bautismo no suman méritos de modo que Dios esté obligado a conceder la salvación como pago de una deuda. Sin conversión el hombre no puede experimentar la salvación, pero los tres elementos de la conversión en sí no salvan al hombre. Jesús es el Salvador; Su muerte expiatoria proporcionó el mérito y base de salvación. El arrepentimiento, la fe y el bautismo son condiciones esenciales para la salvación. Estos son requisitos para la salvación porque colocan al pecador en una condición favorable de modo que Jesús pueda hacer su obra de salvación. Una ilustración de esta verdad es cuando un hombre enfermo busca el consultorio de un médico para restaurar su salud, pero la visita en sí nada hace, es el médico que propicia la curación.

El arrepentimiento, la fe y el bautismo están íntimamente relacionados. En la Biblia, cuando se menciona un elemento de conversión, los otros dos están incluidos o implicados en el contexto:

Hebreos 6:1,2 Arrepentimiento Fe Bautismo
Marcos 1:15 Arrepentimiento Creer - - - - -
Hechos 20:21 Arrepentimiento Fe - - - - -
Marcos 16:16 - - - - - Creer Ser bautizado
Hechos 2:38 Arrepentimiento - - - - - Ser bautizado
Hechos 16:31,33 Lavar las manchas Creer Bautismo

Arrepentimiento es dar a la espalda al pecado; la fe es volver a Cristo; el bautismo es entrar en Cristo. En un sentido, el arrepentimiento es negativo y la fe es positiva. En el arrepentimiento alguien de libra del pecado; en la fe ese alguien recibe a Cristo. En el arrepentimiento, se dice no al mundo; en la fe, se dice sí a Cristo. En el arrepentimiento se es "crucificado con Cristo" (Gálatas 2: 20); en el bautismo, se es "sepultado con Cristo" (Romanos 6: 4); mediante la fe, se es "resucitado con Cristo" (Colosenses 2: 12). El arrepentimiento es crucifixión; el bautismo es sepultura; la fe es la resurrección. El arrepentimiento es la muerte del viejo hombre, el bautismo el enterramiento del viejo hombre; y la fe es y la recepción de la novedad de la vida.

IV. Conversión Completa

La conversión del pecador del pecado a la justicia y del individualismo para Cristo debe ser completa. Ella debe envolver su vida por completo. Si el arrepentimiento y la fe son genuinos, implicarán los tres elementos de la personalidad: intelecto, sensibilidad y voluntad. La conversión implica un cambio de pensamiento; un cambio de sentimiento, y un cambio de propósito en la vida del pecador. La relación de arrepentimiento y fe a los tres elementos de la personalidad se muestra en la siguiente tabla.

Arrepentimiento Fe
Intelecto Reconocimiento Creer
Sensibilidad Pesar Confianza
Voluntad Renuncia Confianza, Entrega

1. Arrepentimiento completo. El arrepentimiento completo incluye el reconocimiento del pecado, pesar por el pecado, y renuncia del pecado. El reconocimiento del pecado se relaciona con el intelecto del hombre; el pesar por el pecado se relaciona con la sensibilidad o el sentimiento; la renuncia del pecado está relacionada con su voluntad o poder de decisión. El arrepentimiento completo, por tanto, afecta la vida total del pecador. El corazón verdadero o esencia de arrepentimiento está en la renuncia del pecado y la reparación de la vida. Es una cuestión de la voluntad. El reconocimiento del pecado personal y un corazón que lamenta el pecado no constituye el verdadero arrepentimiento a menos que esto conduzca a la renuncia del pecado.

2. Completa fe. La verdadera fe incluye creer, confidencia, confianza y la entrega. Como el arrepentimiento, la fe está relacionada con los tres elementos de la personalidad del hombre. La creencia está relacionada con el intelecto del hombre; la confidencia a su sensibilidad, la confianza y la entrega están relacionadas con la voluntad del hombre. Poseyendo la fe verdadera, el cristiano creerá en Dios, Jesús, y las verdades principales de la Biblia; tendrá completa confidencia en Dios y Jesús; se entregará a Cristo como Señor y confiará en el como Salvador. La creencia y la confidencia deben preceder la confianza y la entrega. La fe está basada en hechos. Por lo tanto, la creencia y la confianza no cosechan la verdadera fe. La verdadera fe resulta en la confianza y la entrega. Alguien puede saber todos los hechos acerca de Jesús y la salvación, y puede poseer completa confidencia en la habilidad de Cristo en salvar, pero no experimentará salvación a menos que personalmente entre en Cristo y se haya entregado enteramente en sus manos.