Las siete divisiones de la Teología Sistemática son: Teología, Antropología, Hamartiología, Cristología, Soteriología, Eclesiología y Escatología.
De la misma forma de las ciencias naturales, las siete divisiones de la Teología Sistemática son designadas por nombres derivados de palabras griegas. El estudio de Dios llamado Teología, de la palabra griega theos, Dios; el estudio del hombre llamado Antropología, de la palabra griega anthropos, hombre; el estudio del pecado llamado Hamartología, de la palabra griega hamartía, pecado; el estudio de Cristo llamado Cristología, de la palabra griega Christós, Ungido; el estudio de la salvación llamado Soteriología, de la palabra griega soteria, salvación; el estudio de la Iglesia llamado Eclesiología, de la palabra griega ecclesía, Iglesia, y el estudio del futuro conocido por Escatología, de la palabra griega eskjatos, las últimas cosas.
La Teología Sistemática comienza con la doctrina de Dios y concluye con la doctrina del futuro. Una división de la Teología Sistemática naturalmente es la línea principal y se coloca como cimiento para divisiones ordenadamente sucesivas. Nuestros pensamientos viajan en un orden lógico de doctrina a doctrina: Dios, hombre, pecado, Cristo, salvación, Iglesia y el futuro.
Las siete divisiones de la Teología Sistemática en su orden correcto son:
Teología = La Doctrina de Dios
Antropología = La Doctrina del Hombre
Hamartiología = La Doctrina del pecado
Cristología = La Doctrina de Cristo
Soteriología = La Doctrina de la Salvación
Eclesiología = La Doctrina de la Iglesia
Escatología = La Doctrina del Futuro
Los teólogos han clasificado las doctrinas de la teología sistemática de muchas maneras diferentes. Juan Calvino escogió las cuatro divisiones del Credo Apostólico para la estructura de su Institutos de la Religión Cristiana. Muchos trinitarios agrupan todas las doctrinas sobre los títulos de Teología, Cristología, y Neumatología, relacionando, respectivamente a Dios, Jesús, y al Espíritu. Algunos teólogos escogen el estudio de Cristo como su punto de partida. Otros comienzan con la doctrina del hombre y concluyen con la doctrina de Dios. Otros métodos de clasificación de las doctrinas incluyen el método alegórico, en el cual el hombre es descrito como un errante perdido buscando su hogar eterno, y el método histórico, tratando la historia de la redención. Comparando estos métodos, sentimos que las siete divisiones ya mencionadas cumplen el más lógico y natural arreglo para la clasificación de las doctrinas de la teología sistemática.
Estas siete divisiones de la teología sistemática están en el orden del énfasis especial que estas doctrinas reciben en la Biblia. El Antiguo Testamento presenta mucho material sobre la naturaleza de Dios, la naturaleza del hombre, y el origen del pecado. La doctrina de Cristo, la salvación, la iglesia, y el futuro, sucesivamente, se enfatizan en el Nuevo Testamento.
Encontramos este orden de tratamiento, de manera un poco extensa, en los primeros capítulos del Génesis. Génesis 1 comienza con Dios y la descripción de su obra de la creación. Génesis 2 relata la formación del hombre. Génesis 3 demuestra el origen del pecado. Génesis 4 tipifica a Cristo y su muerte en la historia del sacrificio de Abel. Los primeros cuatro capítulos del Génesis sucesivamente presentan por lo tanto, las cuatro primeras divisiones de la teología sistemática, llamadas Teología, Antropología, Hamartiología, y Cristología. Si alguien desea llevar esto más adelante tal vez pueda encontrar ideas de salvación, iglesia, y futuro en la tipología de la narrativa del diluvio.
El arreglo en siete divisiones de la Teología Sistemática coincide también con el orden del énfasis de las doctrinas en las grandes controversias teológicas durante los sucesivos períodos de la historia de la Iglesia. La doctrina de Dios, hombre y pecado fueron objeto de controversia durante los primeros cinco siglos de la historia de la iglesia. El período de Reforma dio especial atención a las doctrinas asociadas con la salvación y la iglesia. Escatología, la división conclusiva de la Teología Sistemática, está recibiendo un énfasis especial en estos momentos finales de la era de la iglesia.