Centro de Recursos Ministeriales "Sinaí"

ÍNDICE

Parte Siete
Escatología

Capítulo 77
El Reino Venidero de Cristo

El retorno de Cristo resultará en el establecimiento de su reinado sobre la tierra. Cuando Cristo gobierne como Rey de reyes, la esperanza de la humanidad será realizada. Cristo tiene el derecho de gobernar este planeta como Rey de reyes porque él es el Hijo de Dios. Él tiene el derecho de asentarse en el trono de David y gobernar sobre Israel porque él es el Hijo de David.

I. El Rey Autorizado por Dios

Dios dio autoridad a su Hijo Jesucristo para ser Rey de reyes y Señor de señores. "Del Señor es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en él habitan. Porque él la fundó sobre los mares y la firmó sobre los ríos. "(Salmos 24: 1, 2). La tierra pertenece a Dios porque Él la creó. Él tiene el derecho soberano para elegir al Rey eterno de la tierra.

1. Rey del Universo. Dios es el gobernador del universo. "... Su reino domina sobre todo." (Salmos 103: 19). Él es Rey, Legislador, y Juez. (Isaías 33: 22.) Cada criatura habita dentro del círculo de su dominio; cada persona le debe obediencia. Dios no sólo creó todas las cosas sino que también domina sobre todas las cosas. (Salmos 47: 2, 7, 8, 103: 19, 22: 28, Daniel 4: 17.) Su dominio es eterno. Él es Rey para siempre. (Salmos 10: 16, 29: 10, Jeremías 10: 10)

La autoridad suprema de Dios sobre el universo fue reconocida por David en su famosa oración de adoración: “Asimismo se alegró mucho el rey David, y bendijo a Jehová delante de toda la congregación; y dijo David: "Bendito seas tú, Jehová, Dios de Israel, nuestro padre, desde el siglo y hasta el siglo. Tuya es, Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el dar grandeza y poder a todos. Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre". (1Crónicas 29: 10-13).

2. Gobernantes terrenos responsables delante de Dios. Los gobernantes terrenos tienen el derecho de gobernar sobre los hombres porque Dios los ha revestido de autoridad. Los gobernantes humanos dependen de Dios y deben a él la responsabilidad. Aunque Dios ha dado el dominio a Adán sobre la tierra (Génesis 1: 26-28), los gobernantes humanos parecen haber comenzado después del Diluvio. (Génesis 9: 1-6). La revelación de Dios a Nabucodonosor mostró su suprema autoridad sobre la tierra y la dependencia del rey babilónico sobre él. "Tú, rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad. Dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tus manos, y te ha dado el dominio sobre todo. Tú eres aquella cabeza de oro". (Daniel 2: 37, 38). Dios quería que Nabucodonosor entendiera "que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres, y da el poder a quien él desee" (Daniel 4, 17, 25, 32, 34- 37). "Él quita y pone reyes" (Daniel 2: 21). Pablo amonestó a los creyentes para que fueran buenos ciudadanos: "Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad que no provenga de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. "(Romanos 13: 1).

3. Falla de los gobiernos humanos. Algunos gobernantes sinceros y conscientes han ejercido autoridad sobre los hombres. Ellos reconocen la soberanía suprema de Dios e intentan gobernar de acuerdo con sus principios de justicia. Esto parece ser el veredicto de la historia, sin embargo, estos gobernantes humanos como un todo han fallado en el gobierno de la tierra. Guerra, crimen, avaricia, e injusticia social son indicaciones de la falta de aptitud del hombre en traer felicidad general y perfección a la tierra.

La verdadera autoridad es igual a la justicia más poder. Los gobernantes exiliados pueden tener muchos derechos pero no poder. Los tiranos pueden ser poderosos para gobernar, pero no tienen el derecho a gobernar. Cuando los gobernantes terrenos niegan reconocer el supremo señorío de Dios y fallan por no seguir sus patrones de justicia, ellos se muestran indignos de gobernar. Los gobernantes que ignoran a Dios no tienen el derecho de gobernar por él. Una profecía que figura el esfuerzo del hombre para gobernar la tierra sin Dios está registrada en Salmos 2: 1- 3: "¿Por qué se amotinan las gentes y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes conspirarán contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras y echemos de nosotros sus cuerdas". La revuelta del hombre contra Dios está condenada a fallar. "El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos. Luego les hablará en su furor,
y los turbará con su ira: Yo he puesto mi rey sobre Sión, mi santo monte".(Salmo 2: 4-6). Dios no permitirá que las naciones continúen en rebelión constante contra él. Él es un Rey santo y un Juez justo. Él no permitirá que los gobernantes ignoren su autoridad para siempre. Cuando Jesús regrese, las naciones de la tierra entregarán completamente su autoridad a Cristo, el Rey justo de la tierra.

Puesto que Dios es Rey y Señor del mundo, no está contento de que el poder humano y demoníaco estén en disputa por su dominio sobre la tierra, el estrado de sus pies. Como su reinado de redención viene a la tierra para encontrar y conquistar las fuerzas de oposición y establecer su soberanía, así que debe hacerse la voluntad de Dios en la tierra como se hace en el cielo. (Robinson, Wm. Childs. Christ. La esperanza de la gloria. Grand Rapids: Eerdmans, 1945, pág. 45).

4. Gobernador justo de la tierra. Dios autorizó a su Hijo, Jesucristo, a ser el gobernante de este planeta. Jesús es el Rey de Dios. Él dijo: "Yo he puesto mi rey sobre Sión, mi santo monte". Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás. Ahora, pues, reyes, sed prudentes; admitid amonestación, jueces de la tierra". (Salmo 2: 6- 9).

La coronación de Cristo como Rey de reyes está figurada en Daniel 7: 13, 14, "Miraba yo en la visión de la noche, y vi que con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre; vino hasta el Anciano de días, y lo hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas lo sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará; y su reino es uno que nunca será destruido". (Daniel 7: 13, 14).

Cristo, el Rey, fue ungido en su bautismo y fue coronado en su ascensión, él será entronizado cuando regrese. Jesús recibió su autoridad real únicamente de Dios. Algunas veces los cristianos hablan y cantan al Cristo coronado como Rey y Señor. En realidad, sólo Dios tiene la autoridad de la majestad para concederla a Jesús. Cuando alguien habla del hombre coronando a Cristo, se quiere decir que el hombre reconoce el hecho de que Dios ha coronado a Jesús.

Jesús probó ser digno de ser el Rey de la tierra mediante su constante sumisión a la voluntad del Padre, mediante su vida inmaculada, y mediante su muerte sacrificial. Cristo es digno de ser el Rey de Dios porque ha sido un perfecto siervo de Dios. Él es digno de juzgar a la humanidad porque él es sin pecado. Él es digno de ser el León de Judá porque Él sufrió en la cruz como Cordero de Dios. (Apocalipsis 5: 9, 10.).

II. Doble Majestad de Dios

Debería reconocerse la distinción entre los dos aspectos de la majestad de Dios. Dios ejerce ambas: una majestad providencial y una majestad de redención. A través de su majestad providencial, Dios es Supremo; a través de su majestad redentor, Dios es Salvador. La majestad providencial de Dios se refiere a su gobierno sobre su creación natural; Su majestad redentora se refiere a su gobierno sobre los redimidos. Todas las criaturas entran dentro del reino providencial universal de Dios mediante el nacimiento natural en el mundo. Pero sólo los redimidos, pueden entrar en su reinado de redención mediante su plan de salvación.

1. El Reino Providencial de Dios. La providencia se refiere al gobierno de Dios sobre su universo creado. Mediante la creación, Dios dio vida; por la preservación. Dios sostiene la vida por la providencia, Dios domina sobre todas las vidas. El reino providencial de Dios se refiere a su dominio general sobre el universo. Este dominio es eterno y universal. El universo nunca estuvo sin un Rey. Aunque los hombres alardean contra Dios y se niegan a reconocer su autoridad, ellos existen dentro del círculo de su gobierno. Todas las criaturas son a él, subordinadas y obedecen a su dominio real.

El fracaso en la obediencia a Dios, el Rey, es pecado. El pecado es diferente del carácter de Dios, contrario al gobierno del Rey, y desobediencia a las leyes del Rey. Como habitantes del gobierno providencial de Dios los pecadores son criminales bajo condenación; son enemigos de Dios. Puesto que la justicia y el juicio son la morada del trono de Dios (Salmos 89: 14), los pecadores deben ser destruidos; el salario del pecado debe ser pagado.

2. Reino de Redención de Dios. Si todas las criaturas en el reino providencial de Dios estuvieran sin pecado, su reino redentor habría sido innecesario. Si Adán hubiera sido un ciudadano perfecto bajo el gobierno moral de Dios, no habría necesidad de un plan de salvación ni el establecimiento de su reinado de redención. La rebelión de Adán contra el gobierno de Dios y su desobediencia a la voluntad de Dios constituyó una ruptura en el gobierno de Dios.

El gobierno redentor de Dios es un medio para un fin. Él constituye el medio mediante el cual el gobierno providencial de Dios se hace una perfecta realidad en el hombre y en la tierra. El propósito del futuro reino de Cristo es subyugar a los enemigos de Dios, quitar toda oposición al gobierno de Dios, y restaurar la perfección en la tierra. Entonces vendrá el reino de Dios y su voluntad se hará en la tierra así como se hace en el cielo. (Mateo 6: 10.) En esta ocasión el plan de la salvación de Dios será realizado. (1 Corintios 15: 24- 28.)

Estar fuera del reino redentor de Dios es estar excluido de la salvación. Los pecadores, que están con la vida llenas de la obra de la carne, "no heredarán el reino de Dios" Gálatas 5: 21; 1 Corintios 6: 10).

III. El Reino de Dios en Israel

El reino de redención de Dios tiene su inicio principal en sus promesas a Abraham y su familia. La nación, Israel, fue el reino de Dios en la tierra durante la era del Antiguo Testamento. Debido a la impiedad de Israel, el reino de Dios fue roto y suspendido hasta que pudiera venir al justo Rey, Jesucristo. Durante su ministerio terrenal, Jesús se presentó a Israel como su Rey, pero fue rechazado y crucificado. El reino de Dios sobre Israel será restablecido cuando Cristo regrese y se siente en el trono de David. Como su reino redentor, Israel constituirá una esfera especial del dominio de Dios. "Ahora, pues, si dais oído a mi voz y guardáis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra. Vosotros me seréis un reino de sacerdotes y gente santa". Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel." (Éxodo 19: 5, 6). David dijo: "... escogió a mi hijo Salomón para sentarse en el trono del reino del Señor sobre Israel." (1Crónicas 28: 5).

Israel se convirtió en una nación y reino bajo el liderazgo de Moisés. El reino de Israel era una teocracia. Dios gobernó como Rey sobre la nación a través de los jueces. Durante los días de Samuel, el último de los jueces, Israel rechazó la teocracia y exigió que un rey terreno dominara sobre ellos. (1Samuel 8: 5- 22.) Saúl fue elegido por Israel para ser rey. (1Samuel 10, 11: 15, 12: 1.) Debido a la desobediencia de Saúl, Dios lo rechazó como rey (1 Samuel 13: 13, 14) y eligió a David como rey (1 Samuel 16: 1-13, Hechos 13: 17- 22).

1. Pacto de Dios con David. Dios, que no puede mentir, prometió a David una simiente eterna, un trono eterno, y un reinado eterno. Su simiente dominaría sobre Israel para siempre. Este pacto fue confirmado y repetido a Salomón, el hijo de David. (1Crónicas 22: 8- 10, 2Crónicas 7: 17, 18.)

2 Samuel 7:12-16 Tu trono establecido para siempre
1 Crónicas 17:7-14 Establecer su trono para siempre
Salmos 89:3, 4, 27- 37 Simiente de David en el trono
Salmos 132:11,12 Hijos de David sentados en el trono
Jeremías 33:15-26 Pacto con David confirmado
Jeremías 23:5,6 Renuevo de justicia para David
Isaías 11:1-12 Renuevo de David, una rama

El pacto de Dios con David es eterno porque la Palabra de Dios es segura. "Así ha dicho Jehová: Si pudiera invalidarse mi pacto con el día y mi pacto con la noche, de tal manera que no hubiera día ni noche a su debido tiempo, podría también invalidarse mi pacto con mi siervo David, para que deje de tener un hijo que reine sobre su trono, y mi pacto con los levitas y sacerdotes, mis ministros." (Jeremías 33: 20, 21).

2. Reino suspendido temporalmente. Por muchos siglos, la dinastía de David reinó en Jerusalén sobre Israel. Pero muchos de los gobernantes que se asentaron sobre el trono de David eran impíos. Ellos acompañaron a la nación en la desobediencia a Dios y en la adoración a los ídolos. En castigo por la desobediencia, Dios permitió que Babilonia llevara a Israel en cautiverio. El reinado fue suspendido temporalmente; el trono de David estaba desocupado. "Así ha dicho el Señor Jehová: Depón la tiara, quita la corona: ésta no será más ésta: al bajo alzaré, y al alto abatiré. Del revés, del revés, del revés la tornaré; y no será ésta más, hasta que venga aquel cuyo es el derecho, y se la entregaré.". (Ezequiel 21: 25-27). El reinado fue suspendido. El trono estará derribado hasta que uno que posea el derecho venga para ocupar este trono.

3. Jesús, la simiente de David. Jesús es el que tiene el derecho de sentarse sobre el trono de David y gobernar a Israel por la eternidad. Jesús es el Hijo de David y el Hijo de Dios. Jesús cumplirá el eterno pacto de Dios hecho con David. "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado sobre su hombro: y llamaráse su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán término, sobre el trono de David, y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto". (Isaías 9: 6, 7). "Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo: y le dará el Señor Dios el trono de David su padre: Y reinará en la casa de Jacob por siempre; y de su reino no habrá fin."(Lucas 1: 32, 33).

Jesús nació para ser Rey. (Juan 18: 36, 37). Los hombres sabios preguntaron: "¿Dónde está el que es nacido rey de los judíos?" (Mateo 2: 2). Durante su ministerio terrenal, Jesús "fue en todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando las buenas nuevas del reino de Dios." Él reveló su autoridad real en su mensaje y milagros. Sus milagros de sanidad y resurrección constituyeron un anteproyecto profético de las futuras condiciones cuando él reine como Rey. Se ofreció a Israel como Rey, pero Israel lo rechazó. (Juan 1: 11, Mateo 23: 37- 39). Pilato dijo a los judíos: "Entonces dijo a los judíos: ¡Aquí tenéis a vuestro Rey! Pero ellos gritaron: ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo! Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: ¡No tenemos más rey que César!"(Juan 19: 14, 15).

Poco antes de su ascensión, los discípulos preguntaron al Cristo resucitado: "¿Restaurarás el reino a Israel en este tiempo?" (Hechos 1: 6). El reino no sería restaurado en aquel tiempo. No sería restaurado hasta que la era de la Iglesia se complete con el retorno de Cristo. Hoy, Cristo está sentado en el trono con el Padre. Jesús dijo: "Al vencedor le concederé que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono" (Apocalipsis 3 : 21). Jesús se sentará en su propio trono, el trono de David, cuando venga de nuevo. "Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria" (Mateo 25: 31).

IV. Futuro Reino de Cristo

El futuro reino de Cristo es aquella edad de oro con la cual todas las naciones sueñan y de la que todos los creyentes mantienen esperanza. Este reino redentor de Cristo es el tema más grande de la profecía bíblica. Consideramos la naturaleza y los detalles de este reino futuro.

1. Reinado de Cristo recibido de Dios

Salmos 2:8 Yo te daré las naciones
Daniel 7:13,14 Le fue dado un reino
Lucas 1:32,33 El Señor Dios le dará

2. Establecido en su retorno

Mateo 25:31 Cuando el Hijo del hombre venga
2 Timoteo 4:1 En su venida y en su reino
Apocalipsis 19:11-27 Recibir el reino y volver
Mateo 19:28 En la regeneración

3. Establecido con poder y fuerza

Salmos 2:8,9 Con vara de hierro
Isaías 11:4 Herirá la tierra
Daniel 2:34, 35, 44, 45 Hirió la imagen
Apocalipsis 19:15-21 Herirá las naciones
Apocalipsis 17:13,14 El Cordero los vencerá
Zacarías 14:3-5 Luchar contra las naciones
2 Tes. 1:7-10 En fuego ardiente, venganza
2 Tes. 2:8 Con el resplandor de su venida

4. Suspender y reemplazar los gobiernos terrenos

Apocalipsis. 11:15 Los reinos del mundo serán de él
Apocalipsis. 19:16 Rey de reyes y Señor de señores
Zacarías 14:9 Rey sobre toda la tierra
Daniel 2: 34, 35, 44,45 No se halló lugar para ellos

5. Extensión mundial del reino de Cristo

Salmos 2:7-9 Extremos de la tierra
Salmos 72:8-11 Todas las naciones le servirán
Daniel 3:35,44 Llenó toda la tierra
Daniel 7:14 Todos los pueblos, naciones y lenguas
Daniel 7:27 Todos los dominios le servirán y obedecerán
Miqueas 4:1-3 Reino exaltado sobre las naciones
Zacarías 14:9,16 El resto de las naciones adorarán al Rey
Isaías 11:9 La tierra se llenará de su gloria
Habacuc 2:14 La tierra se llenará

6. Duración eterna del reino de Cristo

2 Samuel 7:13,16 El trono de su reino para siempre
Isaías 9:7 No tendrá fin
Daniel 2:44 Durará para siempre
Daniel 7:14 Todos los pueblos, naciones y lenguas
Daniel 7:18 Durará para siempre
Lucas 1:33 De su reino no habrá fin
Apocalipsis 11:15 Reinará para siempre

7. Estructura del reino de Cristo

Cristo el Rey de reyes reinará en Jerusalem

Miqueas 4:1-14 Reino exaltado sobre todas las naciones
Mateo 25:31 Se sentará sobre el trono de su gloria
Lucas 1:31-33 Trono de su padre David

La iglesia será glorificada con él

Romanos 8:17 Coherederos con Cristo
Col. 3:4 Aparecer con él en gloria
Apocalipsis 3:21 Sentar con él en su trono
Apoc. 5:9,10 Reinaremos sobre la tierra
Apocalipsis 20:6 Reinaremos con él mil años

Israel será recogido, convertido y exaltado

Amós 9:14,15 Traer nuevamente al pueblo de Israel
Ezequiel 11:17-20 Un espíritu nuevo en ellos
Isaías 61:4-6 Exaltado sobre las gentes

Resto de naciones servirán al Rey de reyes

Salmos 72:1-7 Todas las naciones le servirán
Isaías 2:2-4 Naciones subirán a Jerusalem
Zacarías 14:9,16 Las demás naciones adorarán al Rey

8. Carácter y bendiciones del reino de Cristo

Rectitud y justicia

Salmos 72:1-7 Con justicia
Isaías 11:3-5 Juzgará con justicia
Miqueas 4:2 Caminarán en sus caminos
Apocalipsis 19:11 Juzgará en justicia

Paz entre las naciones

Isaías 2:4 Convertirán sus espadas en azadones

Miqueas 4:3 No más se prepararán para la guerra
Salmos 72:3-7 Paz abundante
Isaías 9:7 La abundancia de paz será sin fin
Zacarías 9:10 Las naciones hablarán de paz

No más enfermedades

Isaías 33:24 No habrá dolor
Isaías 35:5,6 Sanidad para ciegos, sordos y mudos
Apocalipsis 21:4 No habrá dolor

Animales mansos

Isaías 11:6-9 Un niño pequeño los pastoreará
Isaías 65:25 El lobo y el cordero pacerán juntos

Fertilidad de la tierra restaurada

Isaías 35:1,2,6,7 El desierto florecerá
Isaías 41:18,19 Estanques de agua en el desierto
Isaías 55:11,12 No habrá espinos ni cardos
Ezequiel 36:33-35 Como el jardín del Edén
Amós 9:13,14 El que ara alcanzará al segador
Hechos 3:20,21 Restauración de todas las cosas
Romanos 8:19-22 Creación libre de esclavitud
Apocalipsis 22:3 No habrá más maldición

La tierra será llena de la gloria de Dios

Isaías 11:9 Llena del conocimiento del Señor
Habacuc 2:14 Como las aguas cubren la mar